domingo, 14 de octubre de 2012

El caso catalán

El caso que actualmente ocupa las portadas de los distintos periódicos, así como los espacios informativos audiovisuales y de las emisoras de radio, no es sino un caso de libro. Digo esto porque estudiando cualquier tratado sociológico acerca de los nacionalismos contemporáneos, vemos como la teoría se traslada a los hechos de manera extraordinaria en el caso del nacionalismo catalán. Esto es así porque el nacionalismo moderno no es sino un invento sumamente artificioso en su proceso de creación y asentamiento, peo no es un invento nuevo.
El objetivo secesionista no es el fin del nacionalismo, sino tan solo un hito en el camino. Es un hito desde luego trascendente ya que, en el caso catalán se pretende alcanzar sin respetar la vía legal y una vez superado este punto, la legalidad deja de ser un obstáculo para convertirse en una herramienta de homogeneización del pueblo, siguiendo la máxima: "un pueblo, una nación". Este propósito de excluir al diferente, al que no resulta asimilable por la nueva realidad nacional, redunda en una necesaria tiranía gunernamental que, de facto, solapa cualquier     libertad individual que en una democracia habría de ser reconocida como irrenunciable. El hecho mismo de la construcción nacional catalana, atenta contra la pluralidad de la sociedad, ya que en su estrategia, excluyen a quienes no hablan la lengua catalana, la cual, herramienta del movimiento independentista, se realza como necesaria para el enriquecimiento y mantenimiento de la cultura étnica, a la vez que sirve de instrumento de exclusión de los "diferentes". La lengua es, de hecho, el recurso principal a la hora de discriminar la parte de la ciudadanía que habrá de ser víctima de la limpieza étnica.
El nacionalismo no se basa en realidades históricas, las inventa, tergiversa la historia, potencia las diferencias y fabrica intereses incompatibles con la convivencia democrática. La manada de seguidores, influenciada por lo medios de comunicación al servicio de los líderes independentistas, se muestran entusiasmados con las promesas de las élites y carecen momentáneamente de capacidad para darse cuenta de que su embestida contra la pluralidad y la convivencia, perjudica a una gran parte de la población que disiente de los métodos empleados y el fin buscado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario